Vamos a imaginarnos que estamos circulando con un tren que es capaz de circular a 200 km/h y que vamos por una línea que admite esa velocidad máxima. Estamos en mitad de un trayecto y circulamos a 200 por hora.
Llegamos a una señal con una luz verde fija. ¿Qué hacemos? La respuesta es sencilla: nada, seguimos como si no hubiera pasado nada, es Vía Libre.
Llegamos a otra señal que tiene una luz verde intermitente. ¡Ostras! Vía Libre Condicional. Esto quiere decir que la próxima señal no está en Vía Libre y que puede dar en otro aspecto. Y además, nos obliga a frenar para pasar a 160 por la siguiente señal. Bueno, pues muy sencillo: nada más pasar la señal, reduzco la velocidad de 200 a 160 y continúo así hasta la siguiente señal.
Y llegamos a la siguiente señal. Y nos la encontramos con dos luces, una verde y una amarilla y las dos fijas. Como dicen los ferroviarios antiguos «un pimiento y un limón, Anuncio de Precaución». Ahora sí que tengo que frenar de verdad. Me obliga a pasar a 30 por los cambios situados a continuación de la señal siguiente. Por lo general, aunque hay muchas excepciones, esta indicación la dan las señales avanzadas y de entrada y, además, todas aquéllas que estén dos señales antes de un grupo de agujas (esto se da mucho en estaciones grandes con varios sectores, tipo Madrid-Chamartín o Madrid-Puerta de Atocha). Vale, pues empiezo a reducir mi velocidad de forma ya notable.
Y mientras voy reduciendo, me encuentro otra señal, que va a ser una señal de entrada, que tiene una luz amarilla fija, o sea, Anuncio de Parada. Pues nada, está claro que me van a parar en la estación, así que, más freno, aunque ya voy despacio. Pero veo que a unos 300 metros tengo una aguja. Por lo general, aunque depende de cada estación y de la antigüedad de sus instalaciones, entre la señal de entrada y la primera aguja suele haber unos 300 metros. Pero hay estaciones (sobre todo entre Ponferrada y Monforte de Lemos, aunque hay muchos más sitios) en las que la señal de entrada está prácticamente encima de la primera aguja. Y como tengo memoria, me acuerdo que antes de este Anuncio de Parada he visto un Anuncio de Precaución, así que sigo reduciendo mi velocidad hasta que llego a 30 km/h poco antes de la primera aguja. Y resulta que está hecha para desviarme hacia la derecha. Así que paso todas las agujas que me encuentre a 30 (o menos) y llego al andén.
Al final del andén veo una señal, que es la de salida, que está en rojo fijo. Pues hala, me toca pararme. Menos mal que he tenido toda esta secuencia de señales que me decían que me iban a parar, que si no, me la trago. Y rebasar una señal indebidamente en el ferrocarril es mucho más peligroso que saltarse un semáforo. Y las consecuencias pueden ser peores, que llevamos muchas personas y muchas mercancías que valen una pasta. Pero es que, laboralmente, rebasar una señal también tiene sus consecuencias, entre otras, suspensión de empleo y sueldo. Y mientras pienso todo esto, me paro en el andén, sin salirme, pero comprobando que he dejado el tren bien estacionado y que por detrás he liberado las agujas y tengo todo el tren en mi vía.
Total, que al poco tiempo de pararme, la señal de salida cambia de aspecto y ahora me muestra, muy orgullosa ella, una luz verde fija. ¿Qué hago? Pues muy sencillo otra vez: arranco. Pero, ¿arranco y me pongo a toda pastilla ya? Pues no. A pesar de que un tren también tarda lo suyo en acelerar (las mejores aceleraciones las tienen, aunque parezca mentira, los trenes de Cercanías), no puedo correr a 200 todavía. Tengo que pasar las agujas a 30 de nuevo. Y cuando he pasado la última, ya sí puedo volver a acelerar hasta que coja otra vez los 200.
En el dibujito, la secuencia de señales que os he descrito.

Secuencia de señales para entrada a vía desviada
Pero puede darse otra situación. Que la señal avanzada me la encuentre en Anuncio de Parada, y la de entrada me la encuentre en Parada.

Secuencia de señales con parada a la entrada
En este caso, pasamos la primera señal a 200 (Vía Libre). La segunda nos dice que reduzcamos la velocidad (Vía Libre Condicional). Por la tercera paso a menos de 160 km/h, como me ordena el reglamento (Anuncio de Parada), pero además, frenando porque tengo que estar dispuesto a parar ante la siguiente señal, que efectivamente, me la encuentro en Parada. Me detengo ante la señal de entrada y espero a que se abra. Este ejemplo sólo vale si la distancia entre la avanzada y la entrada es superior a la distancia de frenado (para 160 km/h, típicamente, 1.800 metros). Si la distancia es menor, puedo encontrarme cosas como lo que viene ahora.

Entrada a la estación con Preanuncio de Parada
O este otro ejemplo de otra entrada, pero en este caso, la distancia entre las señales avanzada y de entrada es inferior a la distancia de frenado.

Entrada a vía desviada con pantalla de 60 km/h
Incluso un itinerario en el que pasamos por la estación por vía desviada.

Paso directo por vía desviada
Claro, que esto que pongo aquí, son ejemplos. En la realidad podemos encontrar muchas más combinaciones. Más adelante, veremos qué indicaciones puede dar cada señal, y además, veremos qué itinerarios se pueden hacer en las estaciones.
Todos estos ejemplos serían de una línea con velocidad máxima superior a 160 km/h. Para una línea con velocidad máxima inferior, sería lo mismo, pero desaparece de la indicación de Vía Libre Condicional y en su lugar tendríamos la de Vía Libre.
Si queréis más información sobre las secuencias de señales, podéis consultar la N.A.S. 814 (Norma Adif Señalización) que establece las posibles secuencias que se pueden dar en la RFIG en la web de Normativa Técnica de Adif, siguiendo el camino Normativa Técnica Vigente -> Control, Mando y Señalización -> Sistemas de Mando. Enclavamientos -> Normas.
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